sábado, 27 de octubre de 2012

I.E. NIXA RINDIÓ HOMENAJE AL SEÑOR DE LOS MILAGROS

Sagrada imagen del Señor de los Milagros
de la I.E. NIXA


La I.E. Nicanor de la Fuente Sifuentes NIXA de Ciudad de Dios, el día viernes 26 de octubre organizó una Paraliturgia y Procesión en Honor al Señor de los Milagros, actividad que se inició a las 10.00 a.m.   Como es ya tradicional, docentes, alumnos, padres de Familia de la I.E. NIXA y comunidad en general se dieron cita en nuestro Patio de Honor para rendir homenaje al Señor de Pachacamilla.  Los actos litúrgicos estuvieron a cargo del Párroco del Distrito de San José.  Al finalizar la Paraliturgia, los docentes, alumnado y padres de familia se organizaron en cuadrillas para tener la oportunidad de cargar las sagradas andas que a su paso por las calles de Ciudad de Dios recibió el homenaje de Instituciones como: el Comedor Popular “Juan Tomis”, I.E.I. “”Niños del Saber”, Asociación de Mototaxis de Ciudad de Dios, los mismos que prepararon pequeños altares en los puntos donde se detuvo la venerada imagen.

La procesión culminó al promediar la 1.30 p.m. con el ingreso de la sagrada imagen a nuestra I.E. bajo los acordes de una salerosa marinera norteña, interpretada por la Banda de Músicos de la I.E. San Pedro del distrito de San José y el derribamiento del ornamental y tradicional Arco Triunfal preparado para la ocasión.

Concluida la tradicional celebración, la Directora Medalit Peche Búquez agradeció a todas y cada una de las personas que hacen posible que cada año se desarrolle con éxito el homenaje a nuestro Santo Patrón.

Sagrada imagen de la Virgen de las Nubes

Cuenta la historia, que el 13 de noviembre de 1655 un fuerte terremoto sacudió Lima y Callao haciendo caer muchos edificios, causando miles de muertos.  En medio de aquello aparece el gran milagro: el muro de adobe con la imagen del Cristo, pintada por un angoleño, permaneció en pie.  A partir de esa fecha, y cada año las multitudes de todas las razas y condiciones sociales celebran juntas la Procesión del Señor de los Milagros, no sólo en el Perú sino en donde quiera que se encuentren comunidades peruanas.











Galería de Fotos: 

Paraliturgia a cargo del
Párroco del distrito de San José
Nutrida asistencia de profesores, alumnos y
padres de familia en la Paraliturgia
Profesoras de la I.E. NIXA inician
recorrido procesional.
Imagen del Señor de los Milagros abandona las instalaciones de
la I.E. para recorrer las calles de Ciudad de Dios.
Homenaje del Comedor Popular
Juan Tomis Stack
Madres de Familia llevan sobre sus hombros
la sagrada imagen.
Innumerables arreglos florales adornan las
andas del Cristo Morado.
Colorido y sugestivo arco triunfal es derribado
como manda la costumbre y la tradición de los pueblos.
Portando su traje de gala de la zona
altoandina de Lambayeque, luce
orgullosa nuestra alumna de
primer grado.

Artística alfombra adornó nuestro
Patio de Honor



















domingo, 14 de octubre de 2012

Halloween vs Día de la Canción Criolla


Por: Magaly Vera

El día 31 de octubre se celebra el día de la canción criolla peruana, pero también se celebra Halloween, denominado también el día de las brujas. Es cierto que esta última festividad no es oriunda del Perú ya que su historia nos dice que viene importado de los Estados Unidos, de una festividad celta del Samhain y de la festividad cristiana de todos los santos. Pese a eso, es una festividad que ha trascendido fronteras, al parecer sus fuerzas malignas han logrado expandirlo  a Europa ayudado eficazmente por sus secuaces de marketing: las empresas de golosinas, disfraces y afines.

Pero ¿cómo una festividad que al parecer festeja la muerte, el horror, el espanto ha logrado tener más adeptos que la festividad cristiana del Día de todos los santos, propuesta por el Papa Gregorio II y Gregorio IV? Según Wilkipedia, ese día convergen ambas festividades: “la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos”. He allí quizás una buena explicación. En Perú por ejemplo se celebra ese mismo día: el día de todos los muertos. 

Esta festividad remonta de épocas inmemorables. Es por eso que es usual ver los cementerios aglutinados de personas, con flores, con globos o incluso con orquestas y la infaltable cerveza, festejando o recordando a sus difuntos, todo depende de la economía del que festeja. En la Sierra incluso llegan a preparar además de eso, 7 comidas, los que más le gustaron al que en vida fue. Los cuales son servidos en una gran manta para que en la noche del 31, los degusten los visitantes del más allá.

Si a esto, le sumamos otro gran secuaz: la cantidad de películas que fomentan ese día la muerte con una programación solo dedicada a las brujas, a asesinatos en serie, a duendes, a fantasmas demonios y todo lo que represente lo tenebroso ¿Cómo no dejar de lado el Día de la Canción criolla?

Por todo lo detallado, Halloween, no debería ser una fiesta típica del Perú. Pero ¿quién puede con el regocijo de los niños que pululan por las calles disfrazados de hermosas criaturitas como un pollito, un brujito, una calabaza, etc ? ¿Quién puede evitar que recolecten caramelos y se junten con la manchita a recorrer lugares lejanos? Con mucha pena vi incluso que los Bancos se suman a incentivar esta celebración con decoraciones ridículas pero obvio, sus tasas de interés ya son de horror, no necesitaban más, pero en fin. Frente a todo eso quedan dos caminos:

Voltearles la torta, es difícil que los chicos dejen de disfrazarse y juntarse con el grupito, pero podemos darle otras alternativas: porque no disfrazarse de otros motivos que no sean la muerte. Deben incentivar a la creatividad así como hizo Inka Kola hace un tiempo.

La otra opción, la más radical, es la que usan los cristianos evangélicos al celebrar ese mismo día “La celebración a Jesús” donde citan a cientos de niños con sus familias, a una gran fiesta infantil, con juegos, charadas, es decir no dejar de celebrar. Como dice el refrán “Si no se puede con el enemigo, pues únete a él”.

Un gran ejemplo de lo que planteo es el XIV Concurso Nacional de Tanta wawas realizado en la  Plaza Mayor de Santiago de Surco, organizado por el Museo Nacional de la Cultura Peruana y la Municipalidad de dicho distrito. En el que invitaron a diferentes personas e instituciones a participar en la elaboración y conservación del tradicional pan de trigo y maíz, pan que se reparte cuando se celebra el día de los difuntos.

El 31 de octubre, no debe dejar de celebrarse pero debe ser usado como una fecha que nos recuerde nuestras raíces y que nos permita fortalecer nuestra identidad. A ese trabajo se deben de aunar los padres de familia, las instituciones educativas, las empresas tanto nacionales como privadas, no menciono el Estado Peruano ya que su trabajo debe de ser otro aunque su apoyo no estaría de más, solo así el 31 dejara de aludir a Halloween.

martes, 9 de octubre de 2012

¿Descubrimiento o Tragedia?


Por Enrique Bachinelo

El calendario de la historia muestra un 12 de Octubre de 1492 como la fecha del descubrimiento de América por los galeotes que llegaron de España a conquistarla o destrozarla. Para algunos es día de regocijo, festejos y desfiles; para  los más es el día en que comienzan las tragedias para toda una raza que fue destruida sin misericordia por la ambición del español.

Para los que cantan alabanzas a la conquista de los barbados cuajados de ambiciones y miserias que pisaron el Nuevo Mundo, ese fatídico día del 12 de Octubre significó un motivo de alegría, entusiasmo y buenaventura.  La felicidad rebosaba en  los semblantes de los marineros que, durante treinta y tres días tuvieron que atravesar el tenebroso mar hasta escuchar el resonar grito de ¡Tierra! lanzado por Rodrigo uno de los marinos de turno en el palo mayor.

Esta verdad a medias ha primado por siglos y la humanidad ha vivido con la idea de que ese gran descubrimiento demostró la audacia y valentía de un puñado de miserables recogidos de las galeras de España conduciendo  los tres barcos que vencieron a la mar y llegaron a las costas del Nuevo Mundo.

¿Qué descubrieron las huestes de Colón? ¿Fue el oriente conocido en esas épocas? ¿ El Catay y el Cipango? O,  arribaron a un mundo que no figuraba en los mapas de los europeos; aunque si, se sabía por fuentes de  marineros avezados que existían tierras cruzando el mar hacia el occidente. 

Colón supo la historia de viejos marinos  escandinavos, que intentaron cruzar el mar; algunos no volvieron jamás. Cristóbal sabía perfectamente esa alternativa y, su viaje no fue de  aventura y de correr el albur  de perderse en la  inmensidad de un mar tenebroso que paralizaba de terror a los marineros más valientes, sino de llegar a las indias orientales viajando hacia el occidente.

Los hombres y las mujeres arawak, desnudos, morenos, y perplejos, emergieron de sus poblados  hacia las playas de la isla y se adentraron en las aguas para ver más de cerca el extraño barco.

Cuando Colón y sus huestes desembarcaron portando espadas y hablando de forma extraña, los nativos arawak corrieron a darles la bienvenida, a llevarles alimentos, agua y obsequios. Cuando se acercaron a tierra, los Arawak les dieron la bienvenida nadando hacia los barcos para recibirles. 

Estos nativos vivían en pequeños pueblos comunales y tenían una agricultura basada en el maíz, las batatas y la yuca. Sabían hilar y tejer pero no tenían  ni caballos ni animales de labranza.

Después Colón escribía en su diario:

“Nos trajeron loros y bolas de algodón y lanzas y muchas otras cosas que cambiaron por cuentas y cascabeles de halcón.  No tuvieron  ningún inconveniente en darnos todo lo que poseían… Eran de fuerte constitución, con cuerpos bien hechos y hermosos rasgos… No llevan armas, ni las conocen. 

Al enseñarles sus espadas, las cogieron por la hoja y se cortaron al no saber lo que era. No tienen hierro. Sus lanzas son de caña… Serían unos criados magníficos… Con cincuenta hombres subyugaríamos a todos y con ellos haríamos lo que quisiéramos”.

No tenían hierro, pero llevaban diminutos ornamentos de oro en las orejas. Ahí se despierta la ambición de los ibéricos. Estos Arawak de las islas Antillas se parecían mucho a los indígenas del continente, que eran extraordinarios por su hospitalidad, su entrega a la hora de compartir.  Estos rasgos no estaban precisamente en las costumbres de la Europa renacentista, dominada como estaba por la religión de los Papas, el gobierno de los reyes y la obsesión por el dinero que caracterizaba la civilización occidental y su primer emisario a las Américas: Cristóbal Colón.

Colón apresó a varios de ellos y les hizo embarcar, insistiendo en que les guiara hasta el origen del oro. Luego navegó a la que hoy conocemos como la isla de Cuba y luego a la Hispaniola: La isla que hoy se compone de Haití y la república Dominicana.  Allí, los destellos de oro visibles en los ríos y la máscara de oro que un jefe local le ofreció a Colón provocaron visiones delirantes de oro sin fin.

En Hispaniola, Colón construye un fuerte con madera de la Santa María, que había embarrancado. 

Fue la primera base militar europea. La cuestión que más acuciaba a Colón era: ¿dónde estaba el oro? Había convencido a los reyes de España para que financiaran su expedición a estas tierras. Esperaba que al otro lado del Atlántico en las “Indias” y el Asia habría riquezas, oro y especias.

Apresó a más indígenas y los embarcó en las dos naves que le quedaban.  En algún lugar de la isla se enzarzó en una lucha con los nativos que se negaron a suministrarles la cantidad de arcos y flechas que él y sus hombres deseaban. Dos fueron atravesados con las espadas y murieron desangrados.  Fueron las primeras víctimas de las armas españolas que, después causaron verdaderos genocidios que jamás se podrá saber cuántas víctimas ha acarreado este proceso del descubrimiento y la conquista de las Américas.

La verdad y la ficción se confunden en el informe que presenta Colón a los reyes de España: “Hispaniola es un milagro.  Montañas y colinas, llanuras y pasturas, son tan fértiles como hermosas… Los puertos naturales son increíblemente buenos y hay muchos ríos anchos, la mayoría de ellos contienen oro… Hay muchas especias y nueve grandes minas de oro y otros metales…

Refiriéndose a los nativos de estas tierras decía: “Desnudos como el día que nacieron, mostraban la misma inocencia que los animales”.  Colón escribió más adelante: En el nombre de la Santa Trinidad, continuaremos enviando todos los esclavos que se puedan vender”. Comenzó el negocio de la venta de indios de las Américas, porque de alguna forma Colón debía rembolsar la inversión que los reyes de España efectuaron para la conquista de sus nuevas colonias.

En la provincia de Ciao, en Haití, donde él y sus hombres imaginaban la existencia de enormes yacimientos, ordenaron que todos los mayores de 14 años recogieran  cierta cantidad  de oro cada tres meses.  Cuando se la traían, les daban un colgante de cobre para que lo llevaran en el cuello. A los indígenas que los encontraban sin el colgandejo, les cortaban las manos y se desangraban hasta la muerte.

Los indígenas tenían una tarea imposible. El único oro que había  en la zona era el polvo acumulado en los riachuelos. Así trataron de organizar un ejército de resistencia, pero se enfrentaban a españoles que tenían armadura, mosquetes, espadas y caballos.  Cuando los españoles hacían prisioneros, los ahorcaban o los quemaban en la hoguera.  Entre los Arawks empezaron los suicidios en masa con veneno de yuca.  Mataban a los niños para que no cayeran en manos de los españoles. En dos años la mitad de los 250.000 indígenas de Haití habían  muerto por asesinato, mutilación o suicidio.

Cuando se hizo patente de que no existía el oro, a los indígenas se los llevaban como esclavos a las grandes haciendas que después se conocerían con el nombre de “encomiendas”. Se les hacía trabajar a un ritmo infernal y morían a millares.  En el año 1515 quizás quedaban cincuenta mil indígenas.  En el año 1550, había quinientos.  Un informe de 1650 revela que en la isla no quedaba ni uno solo de las Arawaks  autóctonos, ni de sus descendientes. La principal fuente de información sobre lo que pasó en las islas desde la llegada de Colón, fue la única de Bartolomé de las Casas. De sacerdote joven había participado en la conquista de Cuba.  Durante un tiempo fue propietario de una hacienda donde trabajaba esclavos indígenas, la abandonó y se convirtió en vehemente crítico de la crueldad española. Las Casas escribió una “Historia de Indias” en varios volúmenes donde relataba paso a paso la maldad y el espíritu sangriento de los peninsulares.

“Mientras estuve en Cuba murieron 7.000 niños en tres meses. Algunas madres llegaron incluso a ahogar a sus bebes de pura desesperación… De esta forma los hombres morían en las minas, las mujeres en el trabajo y los niños de falta de leche… y en un breve espacio de tiempo, esta sierra que era una magnífica, poderosa y fértil… quedó despoblada… mis ojos han visto estos actos tan extraños a la naturaleza humana, y ahora tiemblo mientras escribo..”.

Cuando llegó a Hispaniola en 1508, Las Casas dice: “Vivían 60.000 personas en las islas, incluyendo a los europeos;  así que entre 1494 y 1508 habían perecido más de tres millones de nativos  entre la guerra, la esclavitud y las minas.  ¿Quién va a  creer esto en las  futuras generaciones?”

Así empezó la historia de la tragedia de quinientos años de la invasión europea a los pueblos indígenas de las Américas. Una descripción de conquista, esclavitud y muerte. Por ello, el día de Colón debería ser de la Reivindicación de la Raza, de meditación para evaluar la tragedia que asoló al continente. Pero ellos no están conformes con simples reformas y exigen disponer de su futuro para construir su propia historia.

Los cambios son lentos, casi imperceptibles, los indios, los verdaderos dueños de América continúan explotados, maltratados y postrados, en las soledades de los páramos  donde habitan. La historia -un poco tarde- descubre la crueldad y la insensibilidad de los europeos que desembocó en genocidios y la destrucción de una raza. ¡No, nunca más la barbarie española ni de ningún país!

jueves, 4 de octubre de 2012

LEGAMOS A LAS 6000 VISITAS