Por: Magaly Vera
El día 31 de octubre se celebra el día de la
canción criolla peruana, pero también se celebra Halloween, denominado también
el día de las brujas. Es cierto que esta última festividad no es oriunda del
Perú ya que su historia nos dice que viene importado de los Estados Unidos, de
una festividad celta del Samhain y de la festividad cristiana de todos los
santos. Pese a eso, es una festividad que ha trascendido fronteras, al parecer
sus fuerzas malignas han logrado expandirlo
a Europa ayudado eficazmente por sus secuaces de marketing: las empresas
de golosinas, disfraces y afines.
Pero ¿cómo una festividad que al parecer
festeja la muerte, el horror, el espanto ha logrado tener más adeptos que la
festividad cristiana del Día de todos los santos, propuesta por el Papa Gregorio
II y Gregorio IV? Según Wilkipedia, ese día convergen ambas festividades: “la
unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos”. He
allí quizás una buena explicación. En Perú por ejemplo se celebra ese mismo
día: el día de todos los muertos.
Esta festividad remonta de épocas
inmemorables. Es por eso que es usual ver los cementerios aglutinados de
personas, con flores, con globos o incluso con orquestas y la infaltable
cerveza, festejando o recordando a sus difuntos, todo depende de la economía
del que festeja. En la Sierra incluso llegan a preparar además de eso, 7
comidas, los que más le gustaron al que en vida fue. Los cuales son servidos en
una gran manta para que en la noche del 31, los degusten los visitantes del más
allá.
Si a esto, le sumamos otro gran secuaz: la
cantidad de películas que fomentan ese día la muerte con una programación solo
dedicada a las brujas, a asesinatos en serie, a duendes, a fantasmas demonios y
todo lo que represente lo tenebroso ¿Cómo no dejar de lado el Día de la Canción
criolla?
Por todo lo detallado, Halloween, no debería
ser una fiesta típica del Perú. Pero ¿quién puede con el regocijo de los niños
que pululan por las calles disfrazados de hermosas criaturitas como un pollito,
un brujito, una calabaza, etc ? ¿Quién puede evitar que recolecten caramelos y
se junten con la manchita a recorrer lugares lejanos? Con mucha pena vi incluso
que los Bancos se suman a incentivar esta celebración con decoraciones
ridículas pero obvio, sus tasas de interés ya son de horror, no necesitaban
más, pero en fin. Frente a todo eso quedan dos caminos:
Voltearles la torta, es difícil que los
chicos dejen de disfrazarse y juntarse con el grupito, pero podemos darle otras
alternativas: porque no disfrazarse de otros motivos que no sean la muerte.
Deben incentivar a la creatividad así como hizo Inka Kola hace un tiempo.
La otra opción, la más radical, es la que
usan los cristianos evangélicos al celebrar ese mismo día “La celebración a
Jesús” donde citan a cientos de niños con sus familias, a una gran fiesta
infantil, con juegos, charadas, es decir no dejar de celebrar. Como dice el
refrán “Si no se puede con el enemigo, pues únete a él”.
Un gran ejemplo de lo que planteo es el XIV
Concurso Nacional de Tanta wawas realizado en la Plaza Mayor de Santiago de Surco, organizado
por el Museo Nacional de la Cultura Peruana y la Municipalidad de dicho
distrito. En el que invitaron a diferentes personas e instituciones a
participar en la elaboración y conservación del tradicional pan de trigo y
maíz, pan que se reparte cuando se celebra el día de los difuntos.
El 31 de octubre, no debe dejar de celebrarse
pero debe ser usado como una fecha que nos recuerde nuestras raíces y que nos
permita fortalecer nuestra identidad. A ese trabajo se deben de aunar los
padres de familia, las instituciones educativas, las empresas tanto nacionales
como privadas, no menciono el Estado Peruano ya que su trabajo debe de ser otro
aunque su apoyo no estaría de más, solo así el 31 dejara de aludir a Halloween.
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