miércoles, 12 de septiembre de 2012

CARTA A LA MINISTRA DE EDUCACIÓN


Señora: Patricia Salas O.  Ministra de Educación.

Soy un profesor de Primaria de una Institución Educativa de la zona rural de la provincia de Lambayeque. Observo con estupefacción las medidas que está impulsando para “reformar” el sistema educativo. Quiero manifestar, como ya han hecho muchos profesionales de toda condición, mi rechazo más absoluto, mi repulsa y mi indignación cívica ya que tengo pocas formas democráticas de expresar mi opinión y mi blog, afortunadamente, es una de ellas.

¡No más silencio, exigimos justicia!
No espero que lea esta carta, ni espero que tenga incomodidad alguna ya que debe estar curtida en estas lides, son seguramente muchos los maestros y maestras del Perú que le han escrito y usted ni si quiera tiene a bien comparecer ante los docentes o ante los medios de comunicación para responder en una rueda de prensa sin censura.

Coincido con usted en que el sistema educativo peruano necesita cambios urgentes, los profesores somos quiénes más los llevamos demandando. Pero esos cambios, no son cambios ideológicos para imponer un modelo de sociedad que excluye a buena parte de ella, sino que más bien, son cambios que permitan, de una vez, dignificar nuestro trabajo, aportarnos medios y estabilidad, y, especialmente, atender a los problemas reales del sistema educativo: el elevado fracaso escolar y abandono temprano, la rigidez organizativa y arcaica del sistema, la escasa motivación del profesorado y alumnado, la alarmante falta de medios humanos y materiales, el uso de metodologías obsoletas y la falta de apoyo decidido de la administración por su sistema escolar. Hay más problemas, pero con avanzar en la solución de los anteriores, el paso hacia delante sería enorme.

Sin embargo, en su Ministerio proponen como soluciones a los problemas del sistema educativo una batería de medidas que reunidas en su cruel “Ley de Reforma Magisterial” da como resultado aumentos de hambre ,una burla al maestro ,una cachetada a la miseria en que nos encontramos y perderemos todos los derechos conquistados a la fecha , se volatilizará la deuda del 30% de preparación por clases, seremos peones asalariados dependientes absolutos de las decisiones de los grupos de poder, para en un futuro no muy lejano privatizar la escuela pública y si esto sucede ¿quién va a reclamar? la respuesta es nadie porque profesor que reclama lo tildaran de "terrorista" y lo enjuiciarán y lo sacarán del magisterio.

Alguna medida me habré olvidado, desde luego, pero le aseguro que cualquier profesor latinoamericano se llevaría las manos a la cabeza ante la cantidad de despropósitos que su cartera ha legislado (o tiene la intención de hacerlo) en tan poco tiempo. Ahora se entiende porque no quieren dialogar y considerar las propuestas de nuestro gremio que plantea reformas educativas acordes con nuestra realidad y necesidad. Los ciudadanos europeos dudo que permitieran en sus países un ataque tan frontal y brutal contra el sistema educativo como el que se está llevando a cabo en el Perú bajo la excusa de mejorar la calidad educativa.

Todos los expertos dicen que para salir de la crisis un país debe acometer una fuerte inversión en Educación, Investigación y Desarrollo. En el Perú, lejos de invertir, desmantelamos la Educación y la baja inversión deja a la ciencia estancada, las escuelas y los alumnos abandonadas a su suerte y a los maestros con sueldos de supervivencia.

Soy un educador que mañana comienzo mi labor diaria con menos ilusión que nunca pero que realizaré mi trabajo con la máxima profesionalidad posible. Mi indignación no puede restar un ápice de profesionalidad porque delante de mi están alumnos y sus familias. Desarrollaré mi trabajo en las peores condiciones que haya tenido desde hace muchos años, tantos que ya no recuerdo. La calidad educativa será cada día menor porque los milagros no existen y  no se pueda hacer más con menos. Ni la profesionalidad ni la vocación pueden suplir las medidas estructurales que condenan al sistema educativo. Lo siento, Sra. Ministra, no me siento en absoluto culpable de los desatinos que sus “reformas” van a provocar.

Algún día, la sociedad civil le pedirá cuentas de forma democrática. Mientras llega ese momento, le digo que así no podemos avanzar hacia ningún lado. Así no podemos preparar a nuestros alumnos para el S.XXI, así no podemos construir una sociedad basada en valores democráticos. No cuente conmigo.

¡Así no!

Prof. Martín Chonate Vergara.

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